El movimiento cívico Participación Ciudadana (PC) comprobó compra de voto durante las recientes primarias en 30 por ciento de las mesas electorales. Fue eminentemente en el ámbito del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Pago, entre mil y cinco mil pesos. Los observadores resaltaron cómo ni se guardaban apariencias; era un mercantilismo a vista de todos. Algo indignante, un supremo bochorno que acrecienta el desaliento sobre nuestra democracia. Parece ya ser oficialmente democracia del dinero. Hemos sido condicionados a la desidia general; a aceptar estos oprobios políticos como algo natural, justificado. No hay consecuencias. Si creíamos que las primarias supervisadas por la Junta Central Electoral (Ley 33-18) contribuirían al fortalecimiento democrático, el estreno del 6 de octubre incita a desalojar las esperanzas.

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