Dominicanos residentes en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, que con trabajo y esfuerzo de muchos años ahorran para ser propietarios de viviendas aquí, en su tierra natal, ya saben que antes de entregar cualquier suma como avance deben investigar bien a los promotores del proyecto inmobiliario de que se trate, para que no les estafen y pierdan dolorosamente su dinero. Ahí están los más de cien que acusan a Emmanuel Rivera, supuesto promotor, de estafarles miles y miles de dólares. Tienen ahora el reto de recuperar su dinero. Hoy más que nunca debemos cuidarnos de caer en esas trampas. El país es otro, sin la decencia de antes.

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