Llegamos al mundo con todo resuelto. Mas, sólo es así cuando estamos en el vientre de nuestras madres. Ahí, todo nos llega por un proceso automático, pero, al nacer, debemos saber chupar para comer, llorar para que nos atiendan y los requerimientos para obtener lo que queremos aumentan, conforme pasa el tiempo.

Ser proactivo nos facilita lograr metas en la cotidianidad social, personal y profesional, pero ello debe ir acompañado con una dosis de autoconfianza. La negatividad retrasa o paraliza el progreso. La proactividad nos mantiene en el presente, nos enfoca en nuestros objetivos y en el trabajo requerido para lograr nuestros sueños.

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