Incursioné en negocio de hospedaje y en septiembre pasado renté una habitación de mi casa. Recibí mi primer-y único hasta ahora- huésped, un turista canadiense. Para entonces mi barrio no recibía agua potable; alta proporción del ingreso por el alojamiento se fue a compra de camiones de agua. Por otra parte, llegado el visitante le expliqué que el país sufría inmisericordes apagones desde siempre pero que el nuevo Gobierno había prometido acabarlos. Para mi alivio, efectivamente la luz nunca se fue, no hubo situación con eso. Un mes después, el huésped partió satisfecho; me otorgó máxima calificación. Pero yo no hice negocio por el alto gasto en agua, y hubiese sido peor la experiencia sin Edesur ayudar.

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