Los carnavales figuran entre las cosas buenas que debemos preservar por su gran riqueza cultural, colorido y alegría. Pero como en cualquier otro evento de masiva concurrencia hay que establecer sistemas de control, supervisión y vigilancia estrictos. Solo de esa manera se podrá prevenir que vuelvan a ocurrir tragedias como las graves quemaduras sufridas en su mayoría por adolescentes, a causa de una irresponsable manipulación de fuegos artificiales durante el carnaval de Salcedo. Además de la atención a los afectados, hay que aplicar sanciones y establecer responsabilidades. Y como se trata de pólvora, tenemos que preguntarnos qué autoridad se está ocupando de supervisar la venta, distribución y uso de este explosivo.

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