Señorita, señora (y 4)

Todas las numerosas acepciones de la RAE al sustantivo “señora”, femenino de “señor”, me aplican excepto la de “mujer del señor” pues no soy casada.

Todas las numerosas acepciones de la RAE al sustantivo “señora”, femenino de “señor”, me aplican excepto la de “mujer del señor” pues no soy casada. En tal virtud soy tanto “señora” como “señorita”, la Academia contempla este tratamiento de cortesía para mujer soltera. Pero aquí, contrario a otros países, llamar “señorita” a mujeres maduras popularmente se percibe ridículo. Si hay inhibición para decirlo a las jóvenes, mayor el tabú con las viejas. Si me llaman “señorita” es regularmente por una intención puntual de “halagarme” (al atribuirme juventud y en tal caso más probable oigo “joven”), o por mofa. Un uso más natural del nombre “señorita”, “señorito”, afirmará buenas maneras y educación, más suavidad y gentileza social. El habla es cultura, avancemos.

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