Parece que montarse en términos populares resulta buen medio de marketing o de “pegada”, cuando se trata de campañas con las que dependencias gubernamentales buscan influenciar determinados segmentos de la población. Pero hay que preguntarse hasta qué punto servirse de ese recurso sin caer en riesgo de distorsiones y críticas, como ha ocurrido con la campaña “Teteos seguros” que acaba de anunciar el Ministerio de la Juventud. Todos sabemos que los teteos tienen mala imagen y han generado muchos hechos lamentables. Antes de hablar de teteos seguros, se debe destacar el fomento de buenos modales que pretende esta iniciativa y cómo podría contribuir a una convivencia de mayor moderación.

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