Los huracanes tienen su “bondad”. En el país son una de las causas de precipitaciones, en función de la gran cantidad de humedad en sus aires. Esa humedad, en estado de vapor, al ascender se convierte en lluvia. En este sentido, en el contexto de la tormenta Dorian, que afortunadamente se desvaneció como peligro para nosotros, y rogando no dañe a la hermana Puerto Rico, corresponde saludar la lluvia, mayormente reducida durante este año. La Onamet estimó que por efecto del campo nuboso asociado al fenómeno podríamos recibir unos 25 milímetros de agua. Tenemos la franja costera desde Saona a Samaná en alerta por condiciones de tormenta; confiar que todo se desarrolle sin vidas en peligro ni trastornos materiales mayores. Y bienvenida, lluvia.

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas