El próximo viernes 30 de mayo se celebra el Día Nacional de la Libertad, en ocasión del 64 aniversario del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo, una fecha conmemorativa que representa un parteaguas en la historia contemporánea de la República Dominicana.

Fue el inicio del fin de una dictadura que por 31 años llevó mucho dolor a cientos de familias, y a la vez dividió en cierta medida la sociedad, pues como suele suceder en estos casos, una parte rechazó las acciones del sátrapa, mientras que otra las defendió y apoyó solapadamente.

Este evento marcó, a su vez, el inicio de nuestra etapa democrática, que aunque no es perfecta, se mantiene evolucionando y adaptándose a nuestra realidad política y social, y les confiere a los ciudadanos muchos derechos que les permiten convivir con total libertad, aunque bajo las reglas propias de las sociedades modernas.

Si bien abundan las historias conocidas de quienes sufrieron persecución, torturas y otros actos de crueldad; los que fraguaron alguna iniciativa conspirativa para derrocar al régimen y los que finalmente lograron consumarlo; otras permanecen en el silencio que da la intimidad familiar, ya sea por temor o por tratarse de ciudadanos anónimos que por alguna razón no han podido o querido contar su verdad. Entre ellas, muchos que no han utilizado sus aportes al país para exigir réditos políticos o sociales.

En mi caso particular, puedo reseñar el dolor provocado en el seno familiar por las persecuciones normalizadas en el marco de la dictadura trujillista. Mi padre estuvo preso y torturado en diferentes cárceles, entre ellas la conocida como La 40 y en el exilio. Fue uno de los fundadores del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4). Por lo cual permaneció bajo persecución o ausente en los primeros años de mi vida.

En tiempos en que han surgido acciones que atentan con cambiar la verdad de lo que realmente sucedió, al igual que otras tantas interesadas distorsiones históricas y de hechos recientes, la Fundación Macarrulla viene gestionando desde hace seis años el concurso sobre la libertad, en conjunto con el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, e impulsa el empoderamiento de los jóvenes y niños del valor de la libertad como un derecho fundamental.

El Concurso Estudiantil de Ensayo sobre la Libertad, cuyo premio será entregado este viernes 30 de mayo, está dirigido a estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado de secundaria de centros públicos y privados del país, fomenta la investigación y el pensamiento crítico en torno a las vulnerabilidades de vivir bajo gobiernos autoritarios, y los riesgos y sacrificios que asumieron pasadas generaciones para que hoy podamos disfrutar de la ansiada libertad.

Valga decir que la Fundación Macarrulla desde hace años realiza una labor sin fines de lucro, sobre todo en comunidades distantes económica y socialmente vulnerables, fomenta la educación, el arte, la cultura y el deporte en jóvenes y niños, y procura una mayor integración comunitaria y la formación de los muchachos.

Es nuestro deber, conforme a nuestras posibilidades y criterios, contribuir con la memoria histórica de las nuevas generaciones como un acto de justicia social; el conocimiento genera empoderamiento, y es un muro de contención para no repetir los yerros del pasado.

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