Elon Musk es un magnate surafricano y fundador de empresas como SpaceX (cuya misión es conquistar el espacio y cuenta con el cohete más potente del mundo), The Boring Company (que construye túneles), Neuralink (que instala chips en el cerebro de discapacitados con el objetivo de mejorar sus vidas), y Open AI (que explora las implicaciones de la inteligencia artificial).

Es además inversionista y arquitecto en Tesla, enfocada en crear productos que se alejen del uso de energías contaminantes.

Musk es pues, una especie de genio.

Está entre las personas más ricas del mundo (quizá la más rica de todas), con un patrimonio neto de 400,000 millones de dólares.

Se desempeña también como activista político conservador, y recientemente fue nombrado por el Presidente Donald Trump al mando del Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Trump delegó en este genio multibillonario la labor de analizar (desde la perspectiva de un empresario exitoso) el gasto del gobierno. Le designó pues la misión de averiguar qué estaban haciendo los funcionarios públicos con el dinero que les quitan a los contribuyentes americanos.

El desperdicio y robo que encontró son aberrantes y equiparan a los Estados Unidos con el típico país tercermundista. Se destacan cosas como las siguientes:

Una multitud de empleados federales que no tenían forma de explicar qué habían hecho la semana pasada (en RD a esto se le llama “botella”).

Millones de personas muertas, cobrando del seguro social (obviamente el dinero lo recibía una que estaba viva).

La emisión de tarjetas de créditos para 4.6 millones de empleados gubernamentales, cuando solo existía la mitad.

Treinta y siete mil licencias de software para una entidad con solo 13 mil empleados
Injustificados aumentos salariales a los miembros del congreso.

Transferencia insólita de recursos a otros países, bajo el pretexto de una “ayuda internacional” que a ningún país ha sacado de la pobreza, pero que sí ha financiado el estilo de vida de los burócratas que la recibieron y la promoción de programas de adoctrinamiento ideológico de diversidad, género, sostenibilidad, pro aborto y pro “invasión migratoria” (a esto último obviamente le ponen otro nombre, como el de “afrodominicanidad” en RD).

La lista pudiese continuar.

A raíz de estos descubrimientos, se han despedido miles de empleados públicos, y se ha eliminado el 83 pc de la “ayuda internacional”. Se espera con esto un ahorro significativo en el gasto público, y la subsecuente reducción de impuestos al ciudadano americano.

Musk ha verbalizado que no todo lo podía sacar a la luz, por la cantidad de intereses que estaba desafiando, y que hasta temía por su vida.

Muchos se pusieron furiosos y criticaron la intervención de un “riquísimo” en cuestiones estatales. Pero como dice Jordan Peterson, el hombre lleva cohetes a Marte, y trae astronautas abandonados en el espacio. Esos que lo critican…¿qué hacen con su tiempo desde que se levantan hasta que se acuestan?. Y ¿quién les paga?.

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