Mayo, que a sus primeras lluvias la tradición asigna rejuvenecimiento y que quizá mucha gente que lo cree debió aprovechar, ha llegado con torrenciales que en algunas regiones ha sido vendaval, lo que podría ser preludio de una temporada ciclónica, que arranca en el sexto mes del año, activa. La esperanza es que junio no sea la continuación de los primeros días de mayo. Pero las cosas de la vida, y por eso el comentario, es que como quiera se llora, porque cuando hay sequía se invoca a la Virgen de la Cueva para que llueva, y en estos días que ha sido a cántaros el griterío es que daña los acueductos y, vaya paradoja, por haber caído tanta agua a centenares de miles de hogares no llega el agua.

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