Hay dominicanos que critican al imperialismo yanqui a veces y lo aplauden en ocasiones, lo que depende de la dirección del viento de sus intereses particulares o políticos. En esencia, son lacayos que abren y cierran las puertas de la Embajada Americana a conveniencia, como aquellos que levantaron un altar a Mike Pompeo por la llamada telefónica a Danilo por un asunto que concernía solo a los dominicanos, pero que ahora fustigan y llaman antinacional a Donald Guerrero (que es residente permanente de los Estados Unidos) por contratar al lobista Connie Mack, que anda haciendo mucho ruido en EE.UU. con la encomienda bien remunerada de que la prisión preventiva en el país es regla y no excepción. Ahí están, firmes en sus convicciones, del ¡Vengan yanquis a Quisqueya! al ¡Fuera yanquis de Quisqueya!

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