Los aspirantes en el Gran Santo Domingo ofrecen hasta lo imposible. “Ciudades de ensueño”. Los del Distrito Nacional no se quedan cortos. Por sus ofertas, los electores votarían sin vacilación. Un simple ciudadano de a pie de la Capital se conformaría con lo mínimo: la señalización de las calles. Es, primero desconcertante, y luego, irritante, encontrar una dirección, aún ahora cuando las aplicaciones móviles lo facilitan todo. Y es que si las vías no están identificadas, resulta difícil llegar a destino. Rotular no es complicado. Es insignificante. Es casi nada. Por eso, a ninguno se le ocurre prometerlo. La identificación de las vías se queda en el olvido. Como ahora.

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