El lunes fueron vacunadas la vicepresidenta Raquel Peña y la primera dama Raquel Arbaje. Ayer correspondió el turno a Luis Abinader. Cierto que acudió rodeado de los agentes de seguridad. Obvio, pero se sometió al rigor del ciudadano común. No le llevaron la dosis al Palacio Nacional. Esperó su rango etario y acudió al centro de vacunación más cercano a la sede de gobierno: el club San Carlos, en la barriada de clase media baja de la vecindad. Otro ejemplo del presidente sencillo. En las imágenes se ven quienes le precedieron y quienes están detrás en espera. Toda gente del pueblo. Puntos que deben ser concedidos al Presidente Abinader. Trata de ser cercano a la gente.

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