Las fiestas en medio de la pandemia y especialmente aquellas que se prolongan más allá de la hora de toque de queda constituyen expresiones de rebeldía social. Las fiestas son tan abundantes que la Policía no puede impedirlas. Demasiados brotes para pocos agentes. A veces detienen a algunos, pero hay fiestas fijas durante los fines de semana, a veces desde el viernes, que no son reprimidas. Para no generalizar, un caso. En el barrio Respaldo Los Próceres, en la avenida del mismo nombre, sector Galá, en el Distrito Nacional, aquello es de “apaga y vámonos”, con amplificadores incluidos. Los vecinos de Los Próceres I denuncian al 9-1-1, sin respuesta. ¿Quién para esas fiestas?

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