La demanda de los productores de leche difícilmente encuentre defensores, peor, tienen el árbitro en contra. Pero tienen muchas razones. Producir leche es caro y difícil, una actividad llena de riesgos e imponderables determinados por la Naturaleza, más las implicaciones del manejo de los hatos. Pero producen la divina leche, fundamental para la alimentación humana. Hay que mejorarles el precio en finca, porque es una actividad económica, y como tal debe ser sustentable. Ya comenzó una campañita en su contra proveniente de unos llamados comités de amas de casa y de consumidores, que sólo se activan cuando hay grasa, que no viene precisamente de la leche. Los industriales conocen el problema muy bien.

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