El Tribunal Superior Electoral (TSE) les dio nueva vez una oportunidad a los dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) para que reaccionen y decidan, de una vez y por todas, que son merecedores de heredar la vieja agrupación de Joaquín Balaguer. La sentencia mediante la cual se reconoce como dirigentes legítimos al grupo encabezado por Antún Batlle (Quique) y Ramón Rogelio Genao es probablemente la última señal para cualquier fin. Para terminar de separarse, o para reunificarse. En el último caso, debían hacer compromisos y cumplir con los siguientes términos: renunciar a las trampas, abandonar los negocios asociados a conveniencias políticas y trabajar constructivamente por el país. Último chance. Y están a tiempo.