Según las imágenes de las reuniones del comité político del PLD sin Leonel Fernández, las tensiones parecen cosas del pasado. Su salida despeja el panorama para el danilismo, que como grupo ya no tiene razón de ser. Su liderazgo es único y no se advierte ninguna figura con posibilidad de erigirse en un nuevo polo. Las cosas marcharán a toda máquina y se supone que los resultados serán superiores. Si bien perdieron algunos miembros, ahora nada impedirá que la cohesión interna redunde más productiva. Repetirán con Eduardo Selman desde Nueva York: ¡Qué bueno que se fueron… y que se queden fuera! Tendrán que demostrarse que quienes salieron no hacían falta. No deja de ser un reto…

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