Una de las escenas más desconcertantes que a veces encontramos en el barrio son las burlas a personas con algún trastorno mental. Niños, jóvenes y hasta adultos no sólo las someten a vejaciones, sino también a maltratos. A veces ocurre en el mismo seno familiar. Parientes abandonados o maltratados físicamente cuando sufren un padecimiento de ese tipo.
Son los extremos que explican la incomprensión o la ignorancia sobre una condición de salud propia del humano. O la crueldad de quienes conscientes de ese estado, proceden de igual manera.
Ver esas situaciones provoca una perturbadora desazón espiritual que se agrava cuando concluimos que es consecuencia de múltiples factores, entre ellos, la ausencia de una política proactiva del sector público. Por eso, valoramos positivamente el anuncio del ministerio de Salud Pública de la campaña “el poder de la atención primaria para los servicios de salud mental”. Iniciativa más que fundamental si la asociamos al gran problema social que el ministro Rafael Sánchez Cárdenas reveló: el 20% de la población dominicana padece de algún tipo de trastorno mental. Y la depresión es la más común, con alrededor de 470 mil personas registradas el año pasado.
Es decir, que en cualquier grupo social, laboral, académico, tenemos ciudadanos con problemas, que no son tratados adecuadamente.
Y la depresión, como bien han señalado los expertos, suele ser el primer paso para el doloroso camino hacia el suicidio. En efecto, el año pasado 648 dominicanos perdieron la vida de esa forma.
Es una campaña necesaria que probablemente ayudará a hacernos más sensibles, más sensatos, más comprensivos de aquellos seres afectados por algún trastorno.
Sólo pensar en la campaña tiene un valor, pero debe ser llevada a término, y sobre todo, incorporarla a los programas de atención hospitalaria. Involucra también a la familia, a los vecinos, a la comunidad y especialmente a los médicos, que sean sensibles ante esas personas, que se crezca cuando se encuentren frente a ellas.
Muy bien por Salud Pública.
