En 1949, por iniciativa del ingeniero Carlos María della Paolera, primer catedrático de esa materia en la Argentina, se estableció el Día Mundial del Urbanismo, que la ONU celebra cada 8 de noviembre.

El propósito es crear conciencia a los encargados de tomar decisiones de políticas públicas, sobre la importancia que tiene la planificación urbana en cuanto a mejorar la calidad de vida de las ciudades y de sus habitantes.

Para que esa planificación sea exitosa debe contar con la colaboración de los habitantes, pero, en resumen, los urbanistas se encargan de planear el número adecuado de parques y espacios verdes, la circulación vehicular y el acceso a los centros de salud, oficinas públicas, escuelas, universidades y bancos, entre otros.

También se necesita una recolección regular de la basura y su disposición final, organizar el tránsito y el transporte público, establecer claras reglas de convivencia y organismos de control, entre otras tareas estratégicas.

Precisamente, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible figuran ciudades y comunidades sostenibles y ecoamigables, lo que resulta vital si atendemos a las siguientes cifras:

El 55% de la población mundial vive en ciudades, esto equivale a 4.5 mil millones de personas, pero como estas representan apenas el 3% de la superficie terrestre, se generan realidades alarmantes, como el hacinamiento y los bolsones de pobreza, que son espacios habitados por gente pobre, sin acceso a educación ni salud, que se amontona en condiciones a veces infrahumanas, rodeadas por enormes edificios o residenciales lujosos y, además, 828 millones de personas viven en zonas marginales y estructuralmente inseguras.

Las emisiones de carbono que incrementan el efecto invernadero se generan, en un 70%, en las ciudades, que además consumen entre el 60% y el 80% de la energía que se produce en el planeta.

Y aunque producen aproximadamente el 80% de PIB global, los problemas que las afectan, como la contaminación, la marginación, la inseguridad, la sobrepoblación y la falta de políticas adecuadas crecen a medida que la población mundial aumenta.

De ahí que es necesario que todos nos involucremos, una forma de celebrar este día puede ser interesarse por el funcionamiento de la ciudad que se habita, cuidar la limpieza, no arrojar plásticos a las calles y reciclar todo lo que sea reciclable.

Son formas de aportar, mínimamente, a un mundo menos contaminado y más amigable.

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