Un dominicano hasta hace poco apenas mencionado y nada conocido, nació un día como hoy, hace 123 años. Gregorio Urbano Gilbert, nativo de San Pedro de Macorís, con apenas 17 años, tuvo el valor, el coraje de enfrentarse solo a los marines de los Estados Unidos que invadían a la República Dominicana a partir de 1916.
Su acción podrá considerarse como un simple acto de rebeldía, pero su comportamiento posterior demostró que tenía un acendrado sentimiento nacionalista, de identificación con su tierra que decidió, menos de un siglo antes, levantarse como un colectivo con identidad propia.

Él lo tenía muy claro, y por eso, después de su acción heroica, pasó a ser parte de una resistencia armada a la intervención norteamericana en la región Este, que no había sido bien contada hasta las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, cuando se profundizó en su estudio. Los protagonistas: los gavilleros, así llamados despectivamente por las tropas invasoras, pero encarnaban en el terreno del combate la dignidad y el decoro nacionales.

Su resistencia en el muelle de San Pedro y su posterior integración a la resistencia dispersa, la pagó caro, pues fue capturado por las tropas interventoras y terminó preso, y estuvo a punto de ser fusilado. Pero el destino le tenía reservado roles nuevos.

Gregorio Urbano Gilbert iba más allá, pues igual compartía con su nacionalismo un profundo sentimiento antiimperialista que lo empujó a enrolarse a los hombres comandados en Nicaragua por Augusto César Sandino, igual defendiendo su tierra de la agresión del imperio norteamericano, en 1927.

Ese hombre sencillo del pueblo estuvo olvidado en su tierra pese al significado de su legado durante la intervención de 1916. Su nombre hoy tiene significado, hay que decirlo, gracias a la persistencia de Euri Cabral, un comunicador y colaborador de este diario que lo asumió como lo que había sido, un héroe del pueblo que debía ser rescatado del olvido. Tras su documental “Gilbert, héroe de dos pueblos”, era imposible desconocer una historia de valor.

Y fue así fue que mediante decreto del presidente Danilo Medina en 2019 se le declaró “héroe nacional”. Se hizo justicia histórica. Ahora el presidente Luis Abinader dispuso que sus restos descasen en el Panteón Nacional.

Gloria eterna para Gregorio Urbano Gilbert.

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