Es de tiempo atrás el merengue, por lo que muchos no lo recordarán, pero La gotera de Juana, que así se titula, estuvo pegado. Es que el techo de la casa de Juana tenía tantas filtraciones que llovía adentro y escampaba afuera. Evoco las filtraciones de la casa de Juana porque ahora ocurre algo similar en otro techo, en el de la Procuraduría, donde se está convirtiendo en norma filtrar informaciones, pero con el agravante de que la gotera cae directo a sus periodistas favoritos y de que en ocasiones, como ahora con lo del supuesto atentado a Yeni Berenice, se trata asuntos que contaminan la investigación del caso Coral y guardan relación hasta con la seguridad del Estado.

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