La revolución por la democracia

Hace 54 años unos cuantos dominicanos alentaron y luego movilizaron a miles de compatriotas para defender un valor pisoteado: la Constitución de 1963, mediante el derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Bosch.

Hace 54 años unos cuantos dominicanos alentaron y luego movilizaron a miles de compatriotas para defender un valor pisoteado: la Constitución de 1963, mediante el derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Bosch.

Aquel levantamiento se inspiró en una visión sobre lo que debía ser República Dominicana, como Nación en búsqueda del camino de la justicia, la paz, la libertad y el restablecimiento de los derechos fundamentales. Todo eso en base a principios y normas que regirían la gobernabilidad, a través de las instituciones que prevé la democracia y que fueron abolidas con el golpe de Estado.

Fue un movimiento del más alto contenido idealista y progresista para una sociedad que había salido de la dictadura de Trujillo, cuyas raíces no habían sido desentrañadas de la vida nacional. Ninguna ambición más allá del retorno a la constitucionalidad conculcada. Una rebelión del pueblo para restaurar la democracia.

Lamentablemente fue ahogada en sangre por los Estados Unidos que pretextó una presencia comunista que amenazaba sus intereses en la región. La intervención militar norteamericana profundizó la historia de agresiones contra los pueblos de América, lo que retrasó el avance social, económico, político e institucional.

Después de 54 años, hemos restaurado las instituciones, con muchos sacrificios. Períodos de inestabilidad han sido salvados para construir un régimen que trata de establecerse en los valores de participación, democracia, tolerancia política, libertad de expresión, predominio de prácticas limpias en las gestiones públicas, donde cada poder del Estado cumpla la misión que le consagra la Constitución de hoy.

Con vocación al perdón que caracteriza a los dominicanos, avanzamos. Como ayer, cuando pudimos construir una República como la soñada por los fundadores. Hoy tratamos de convivir en paz y fortalecer los vínculos con todas las naciones, incluso, con la agresora de 1965.

Sin miramos hacia aquel 24 de Abril, descubriremos que hemos avanzado. La historia nos dice que debemos continuar por el camino de la paz, la fraternidad, la libertad y la cooperación con todas las naciones.

Y especialmente, respetando la Constitución y las instituciones mediante las cuales nos gobernamos. Es la mejor manera de honrar a los héroes de Abril de 1965.

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