Con la entrega de 70 autobuses nuevos a la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), la Presidencia de la República da otro impulso a esa entidad, pues amplía su flotilla a 520 unidades en servicio.
Con esas 70 guaguas el gobierno del presidente Danilo Medina completa el programa de entrega de buses a la Omsa este año, que era un total de 200, pues antes había entregado 130.
Es obvio que la Omsa mejorará el servicio en las localidades de Santo Domingo y Santiago. Los usuarios de sus rutas esperarán menos, pues el flujo aumentará y tendrán más comodidad y mejoría en las condiciones de transportación.
Es atinado que las guaguas fortalezcan las rutas existentes y no sean abiertas otras. Nuevas rutas, si bien amplían la cobertura, no garantizan que la calidad del servicio se mantenga en los términos deseados.
Eso mejora la imagen de la Omsa, que se vio en el suelo por el despilfarro, la corrupción descarada y hasta la violencia durante la gestión de Manuel Rivas.
El saneamiento que su actual director general Héctor Mojica enarbola, expresado en el manejo de las finanzas y en la recuperación de autobuses destruidos durante la pasada administración, debe mantenerse a toda costa.
La Omsa es una empresa estatal, y como tal está sometida a los vaivenes que caracterizan los servicios en el sector público, sea por mala administración o por disminución de los estándares de calidad.
Todos los esfuerzos del gobierno para mantener esa empresa deben ser sostenibles en el tiempo, tanto en materia de transparencia como en el cumplimiento de su función.
Si bien el aumento de la flotilla es buena noticia, hay que estar conscientes de que se trata de una simple mejoría que no soluciona el problema del transporte urbano en Santo Domingo. Tampoco impacta en la mejoría del tránsito que es un serio problema de la ciudad.
El gobierno debe acelerar sus iniciativas para mejorar la transportación de personas y la viabilidad en la Capital. Sea como regulador o auspiciador de proyectos que en algunos casos ameritarán el concurso de inversionistas privados.
