Hemos recibido una nueva estadística sobre los saldos fatales de los accidentes de tránsito en el país: 2,804 muertos el año pasado, lo que confirma la tendencia ascendente de este tipo de suceso.

El dato del Observatorio Permanente de Seguridad Vial comparte la información con el Instituto Nacional de Transporte Terrestre. Lamentablemente supera con 815 víctimas las cifras provisionales que habíamos manejado respecto al 2016.

La revelación fue hecha en el inicio de una semana de “seguridad vial”, una buena iniciativa en medio del drama de los accidentes, que no sólo impacta a quienes pierden la vida, sino también a los heridos y sus familiares, que con frecuencia cargan con la secuela de disminuidos a causa de esos eventos. Personas que se convierten en dependientes, con un alto costo económico para sus parientes.

Como se sabe, hasta 2017, ejercíamos un liderazgo negativo a nivel global en saldos trágicos por accidentes. Dudamos que haya cambios, porque en vez de disminuir los siniestros de esta naturaleza aumentaron.

La información es deprimente. Los accidentes de tránsito con saldos fatales van hacia arriba: 2014, 1,885 muertes; 2015: 1,946 muertes; 2016:1,989 fallecidos; el año pasado: 2,804 muertos. Una tendencia infelizmente creciente.

Es preocupante, porque los dominicanos en general, y las autoridades en particular, no hemos sido ajenos a esta epidemia.

Lo más penoso es que las causas de tanta letalidad son harto conocidas: La irracional conducta de quienes manejan vehículos de motor, de dos o más gomas. La imprudencia es hija de la falta de educación, porque muchos accidentes se deben a manejo temerario. Otro elemento que incrementa la siniestralidad: el alcohol. Todos los estudios revelan que la presencia de esa sustancia acompaña en alto porcentaje a los causantes de accidentes. Coincide también el dato de que apreciable volumen de los mismos suceden durante el fin de semana, cuando se incrementa la ingesta alcohólica.

Pobrecitos dominicanos. Morimos tontamente, de manera insensata, sea como causantes o víctimas de accidentes.

¿Qué hacer para disminuir las cifras fatales? Las autoridades hacen lo que pueden y como pueden. El resto
depende de nosotros los ciudadanos.

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