El 8 de mayo está consagrado Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Su objetivo: reconocer la encomiable labor de voluntarios y empleados que todos los días salvan vidas, ayudan a los más desfavorecidos y cambian mentalidades.
El origen proviene de junio de 1859 cuando el banquero suizo Henry Dunant visitó el campo de batalla de Solferino, en Italia, donde se habían enfrentado los ejércitos austríaco, francés y piamontés, y vio a 40.000 heridos y moribundos abandonados a su suerte, lo que lo llevó a organizar una asistencia humanitaria para todos, con ayuda de la población.
Años después relató esa experiencia en un libro, que fue el germen de la Cruz Roja, cuya réplica en los países islámicos se denomina Media Luna Roja.
Es una de las organizaciones humanitarias más grandes del mundo, capacitada para intervenir en todo tipo de desastres naturales o por el cambio climático, enfrentamientos armados, desplazamientos por conflictos o catástrofes.
Lo que hace tan importante su accionar, que está por encima de cualquier bandería y que por su estructura organizativa puede llegar a cualquier parte del mundo, es la carencia de humanidad de los poderosos, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, el hambre, la enfermedad y la miseria.
Su tarea humanitaria se multiplica en diferentes sedes en todo el mundo, al punto de que llega a suplir necesidades que ni los mismos estados son capaces de asistir con sus propios organismos sanitarios, y tanto los empleados de la Cruz Roja, como los voluntarios que brindan parte de su tiempo para ayudar, no reciben la debida protección que necesitan para esta labor.
En nuestro país, a la Cruz Roja, que en 2027 cumplirá su primer centenario de apoyo a la nación con su banco de sangre, la prevención y asistencia ante desastres, entre otros aspectos, y aunque no es una entidad pública es vista como tal debido al vital banco de sangre que gestiona, recurrentemente se le ha visto clamar a los gobiernos de turno para que atiendan necesidades perentorias, incluida la revisión del presupuesto asignado.
Es una organización que no figura asiduamente en los medios y cuyos integrantes tampoco buscan las cámaras cuando hacen su trabajo, por lo que lo menos que se merece es el apoyo de toda la sociedad y el reconocimiento de la población por su tarea benéfica y desinteresada.