Los dirigentes del Consejo para el Desarrollo Estratégico de la ciudad y el municipio de Santiago, ahora enfocados en una visión más integral, que mira a la provincia como un todo y a la región Norte como un entorno al que hay que considerar para un crecimiento inclusivo, visitaron Multimedios del Caribe, y expusieron sus ideas y presupuestos para alcanzar las metas hacia el 2030.
Esos propósitos no son el producto de fértiles imaginarios de unos cuantos ciudadanos, sino el resultado de un proceso de investigación y consultas de los más diversos sectores sociales y económicos que dieron como resultado lo que convienen en llamar como el Plan Estratégico de Santiago. Se trata de un levantamiento en el que fundamentan sus aspiraciones desarrollistas como segundo territorio más poblado de la República Dominicana.

Ese levantamiento permitió identificar 60 indicadores críticos de seguimiento y 250 debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que pretenden encarar en un período de diez años. Específicamente, tienen identificados 50 proyectos estructurales y 240 soluciones.

El plan estima que para ejecutar esas obras en diez años se requerirá una inversión de RD$71, 942, 421, 930.00, que apenas representan un 10% de los aportes de las empresas santiagueras al Estado a través de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).

Se trata de una aspiración legítima de los santiagueros, quienes han sabido precisar sus prioridades, pero obviamente los Estados tienen una visión de la globalidad y los gobiernos administran los recursos en atención a las necesidades nacionales, como un todo.

Pero el hecho de que hayan definido sus metas por diez años les permite emprender un camino cierto acerca de cuánto desean y en esa medida el Estado estará en mejor condición para escucharlos y atender sus requerimientos.

Ha sido un esfuerzo de muchos años y una consistente participación social. Doscientas cuarenta y cinco instituciones y munícipes independientes hicieron sus contribuciones.

Como tal, el esfuerzo de Santiago y su liderazgo, debe ser replicado en otros territorios o municipios, como ejemplo de lo que se puede alcanzar cuando se aúnan voces y voluntades.
Santiago necesita y merece la atención estatal. Su plan es ejemplo de ciudadanía responsable.

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