El ministro de Salud Pública Daniel Rivera nos compartió ayer una buena noticia: más de un millón de dominicanos han sido inoculados con la primera y/o segunda dosis de las vacunas anti covid-19, lo que significa que alrededor de un 10% de la población tiene un nivel de protección. Esa cifra fue alcanzada al día de ayer.
El mismo ministro Rivera advirtió que ese hecho positivo no puede llevar a nadie a bajar la guardia. Es un paso significativo, porque se ha protegido a un alto porcentaje de la población de más de 68 años, que suele ser la más vulnerable. Ahora evalúan, al término de la aplicación de la segunda dosis, alcanzar a los ciudadanos que están en el rango etario entre los 60 y 68 años para la continuación de la campaña.
Todo eso es alentador, lo mismo que el dato de que durante la semana que transcurre, que es de celebración religiosa y descanso durante varios días, la vacunación no se detendrá. Continuará con el empuje de estos últimos días después de la ralentización.
Es bueno prestar atención a las explicaciones del ministro Rivera, quien fue una de las tantas víctimas de la covid-19. El hecho de que las personas hayan sido vacunadas no significa que no corren riesgo. La inoculación es un proceso de protección progresiva, y la defensa de quien la recibe aumenta al correr de los días. Pero todavía así, cuando haya alcanzado el máximo nivel de anticuerpos, no se descarta una reinfección, porque ninguna vacuna cubre el 100 por ciento.
En consecuencia, todas aquellas personas que han recibido la vacuna, primera o segunda dosis, deben continuar cumpliendo todos los protocolos, como la esencial mascarilla, el lavado de las manos y el mejor remedio, el distanciamiento, a veces tan difícil, pero necesario.
Todo eso es clave en esta semana especial, la Semana Mayor, en que las reuniones familiares y sociales con los motivos conocidos, se multiplican en todo el territorio nacional.
Celebremos el avance de la campaña de vacunación de la mejor forma, cumpliendo las medidas de protección y bioseguridad.
