Sueño anhelado

Aunque prediquemos el optimismo, es inevitable que veamos nubarrones provocadores de desesperanzas, al menos en un ámbito tan vital como es la garantía más elemental y al mismo tiempo fundamental: el derecho a la vida.

Aunque prediquemos el optimismo, es inevitable que veamos nubarrones provocadores de desesperanzas, al menos en un ámbito tan vital como es la garantía más elemental y al mismo tiempo fundamental: el derecho a la vida.

Saber o presenciar con inusitada frecuencia cómo asesinan con tanta facilidad a los inocentes, a veces por unos pesitos, o un celular, o cualquier cosa, resulta desconsolador.

¡El optimismo se va al carajo!

No hay garantías. Los ciudadanos pueden morir porque unos
desalmados andan por ahí armados hasta los dientes y disponen, sin riesgo alguno, de la vida de los demás.

¡Es inaceptable!

Con el agravante de que el gobierno ha fracasado en la lucha contra la delincuencia indetenible, pese a programas como el 9-1-1.

Irrita e indigna el asesinato de Ramón Antonio Olivero, un dominicano que vino de Estados Unidos a celebrar el matrimonio con su compañera de vida y lo acribillan en un barrio de Barahona. Lo mataron para despojarlo de una motocicleta.

Antes se hablaba de tres provincias donde la violencia criminal era más perceptible, las provincias Santo Domingo, Santiago y La Altagracia. Ahora en cualquier pueblito del país asaltan y matan sin miramientos. El crimen reside en todo el territorio nacional.

El joven Oliver Jiménez Pineda fue interceptado por delincuentes para despojarlo de una suma que había retirado de un cajero automático en Sabana Perdida. Intentó resistirse y lo asesinaron.

En Arenoso, provincia Duarte, el joven Juan Carlos Pérez Espinal, de apenas 24 años, fue también asesinado por atracadores que lo interceptaron en el sector Los Platanitos.

En Santiago, el médico Jaime Mustafá fue tiroteado por un atracador que intentó secuestrarlo junto a su hijo en el parqueo de un supermercado, con el propósito de despojarlo de su camioneta. Herido en la cabeza, afortunadamente parece que salvará su vida.

Esos hechos ocurrieron solamente en lo que va de semana.

¡Es un horror!

La seguridad sigue siendo un sueño anhelado por los dominicanos.

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