Siempre digo que los errores en política se pagan y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está siendo castigado y posiblemente por mucho rato. Además del desgaste natural que sufren los partidos cuando permanecen en el poder por varios periodos consecutivos.

Las recientes elecciones municipales enviaron señales claras a esta parcela política. ¿Cuáles? Que nada es para siempre y que cuando las ambiciones y el poder se imponen por encima de la sensatez y el buen orden, los proyectos se van pal carajo. Simplemente fracasan.

Y eso es lo que le ha ocurrido a la oposición, al PLD, principal fuerza que adversa al oficialismo, además de lo que todo el mundo sabe que pasó en 2020, tanto en febrero como en mayo. No hay que decir nada más.

Y que no me vengan a recordar que papeleta mató a menudo, porque en el 2020, menudo derrotó a papeleta. Y el sentir de hoy es el mismo de aquellos días en que la población con derecho al voto esperaba con ansias ese reencuentro con las urnas.

La oposición debe revisarse bien a fondo luego de la aplastante derrota y trazar nuevas estrategias políticas para recuperar lo perdido. Poner el oído en el corazón de la gente y escuchar con atención lo que se dice de sus dirigentes y del presidente del propio partido morado, porque sería bien frustrante perder dos veces en un mismo año y de qué manera.

Muchos creyeron que el partido oficialista PRM se iba a dormir en sus laureles. Y no fue así. Ese partido aplicó la gestión del cambio de desaprender para aprender y se vislumbra como una fuerza política potente capaz de darlo todo para aniquilar a su más cercano contendor.

Ya lo hicieron en las municipales y que no les quepa la menor duda de que jugarán los cien números en las congresuales y presidenciales. Todo apunta a que van a enfilar los cañones hacia aquellos candidatos que tienen mayor simpatía y conectan con los ciudadanos, porque la idea es ganar y volver a ganar.

Esta es y ha sido siempre la dinámica de los partidos que están arriba. En el pasado, el PLD lo experimentó y logró el objetivo, ahora se la juega el PRM en todos los escenarios y con toda la potestad, porque es la organización que tiene la sartén por el mango con una victoria en el primer asalto, con la obtención de casi el cien por ciento de las alcaldías en todo el país.

Y mayo viene zumbando con pronósticos que podrían ser muy similares a los resultados de febrero. Ahora la meta del partido azul y blanco es continuar cuatro años más con Abinader como jefe de Estado y conquistar las curules necesarias desde el Congreso.

Así que la carrera rumbo a mayo comenzó. Las tres principales fuerzas competirán y el que mejor desempeño tenga en el escenario electoral, como en el juego del calamar…tendrá luz verde para pasar.

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