El delito y la criminalidad suben y bajan en el país dependiendo del momento y de factores diversos, eso es normal en cualquier sociedad. Lo que no es normal es que las políticas de seguridad ciudadana sigan ese vaivén. No se avanza en la prevención y combate de la delincuencia con medidas reactivas e inestables por parte de las autoridades. Esto debe ser tomado en cuenta en medio de la situación actual caracterizada por el incremento de los actos delictivos durante las últimas semanas. Preocupa que nueva vez la respuesta gubernamental sea la de implementar una acción muy puntual como la de los patrullajes mixtos, que tiene efecto en el corto plazo pero no resuelve el problema.
Bajo la actual dirección general la Policía Nacional ha trabajado con eficiencia en la resolución de distintos casos de delincuencia que han acontecido en el país. Sin embargo, la alarma se ha disparado por los asaltos a instituciones bancarias, el crecimiento de la delincuencia común y los fallos en materia de procedimiento de parte de miembros de la institución policial en la investigación y persecución del crimen. Esta situación requiere de respuestas urgentes que no pueden limitarse al incremento del patrullaje policial con la participación de militares. Si esta iniciativa no se acompaña de otras medidas, se estaría ante una acción cosmética.
No sugerimos que se parta desde cero, pues en el país se han elaborado varios planes integrales de seguridad ciudadana, que requieren ser evaluados y determinarse las razones por las cuales estas no han funcionado. Dentro de las acciones que deben ser priorizadas está el fortalecimiento institucional de la Policía Nacional, cuya función principal es la de proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las personas. Aún está pendiente la plena puesta en vigencia de la Ley Orgánica de la Policía Nacional (Ley No. 520-16). Se debe entender que para la prevención de la delincuencia se requiere de una Policía en capacidad de realizar la labor de vigilancia que demanda la sociedad.
Son diversos los cambios que deberá implementar la Policía Nacional para garantizar su fortalecimiento institucional. Es necesaria la modernización de los procedimientos de ingreso de nuevos miembros y la mejora de sus políticas y programas de formación, lo que supone el fortalecimiento del Instituto Policial de Educación. Por otro lado, se deberá continuar con los procesos internos de depuración e implementación de los mecanismos de evaluación de desempeño, para que se pueda contar con los policías técnica y éticamente preparados para el desempeño de sus funciones. Todo esto deberá estar acompañado de una mejoría sustancial de las condiciones laborares de los miembros de la Policía Nacional.
