Llevo tres días trancado en mi casa casi hasta las cinco de la tarde (por suerte, a esa misma hora empiezo a trabajar en la radio) y todavía no llega nadie disfrazado de azul con firifollas a preguntarme mi número de cédula, de dónde vengo y hacia dónde voy.

Me quedan 11 de los famosos 14 dias del Censo en que me preguntarán si existo y para qué. Y en estos tres días me he preguntado mil veces qué tan difícil era que nos precisaran mejor las cosas: día, lugar y hora máxima en que llegarían los censores que no censuran nada… (¿Pero qué digo? ¿Cómo imaginar aquí un Estado bien organizado para alguna vez hacer algo perfectamente planificado?).

Posted in Fogaraté

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas