Trujillo casi no hablaba, sino sus incondicionales (pero siempre a nombre suyo); Bosch solo habló para denunciar (caso único) a un corrupto de su gobierno; Balaguer mentía a lo público cuando le convenía para el vuelve y vuelve; Guzmán en su “gobielno” siempre hablaba, aunque fuera con frenillos en la lengua; Jorge Blanco a veces disertaba por televisión; Leonel hacía gárgaras conceptuales para impresionar a los pendejos; Hipólito hablaba hasta por los codos… Pero Danilo un mudo radical que no cree en eso de que gobernar es comunicarse con la sociedad a la que se debe todo gobernante.

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