Todo empezó cuando, con apenas con 12 años, interrumpió al poderoso general Petán Trujillo, dueño de La Voz Dominicana, durante una actividad en Santiago Rodríguez: “Mira, Petán, yo quiero cantai en la Vo Dominicana”, y acto seguido cantó un merengue tocando su acordeón, que empezó a dominar cuando tenía apenas cinco años de edad… Y Petán la trajo. Desde entonces, 68 años atrás, Fefita Cabrera ha sido la Grande, la Mayimba, la Vieja Fefa, la mejor exponente femenina del merengue en el mundo, la más leal difusora de nuestra cultura en el canto. Por eso, entre paréntesis, la abrazamos en sus ochenta años.