A propósito de lo que vemos, presentimos y sospechamos, Colombina Lovatón me hace recordar que cuando en 1978 Antonio Guzmán ocupó el Palacio Nacional inmediatamente inició la limpieza de las Fuerzas Armadas destituyendo, para empezar, a los generalotes come-hombre que rodearon a Balaguer durante aquellos 12 larguísimos años de abusos: Pérez y Pérez, Milo Jiménez, Nivar Seijas y Marcos Jorge… Por algo le llamaban “Mano de Piedra” Guzmán, pues –como, por cierto, recordará Luis Abinader- a los potenciales conspiradores don Antonio les pegó más duro que aquel famoso boxeador panameño… (Sobra todo comentario).

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