¿Dónde están las mujeres de la Restauración? ¿Por qué están invisibles sus hazañas?

En la historia dominicana, la participación de las mujeres que contribuyeron en las luchas por la soberanía del Estado en la guerra de Independencia de 1844 y en la Revolución de 1965, están plasmadas sus epopeyas; Pero en la Guerra Restauradora, las heroicidades de estas brillan por su ausencia en la memoria colectiva del pueblo.

Es de justicia reconocer que, la sociedad de entonces era distinta a la de hoy, respecto a algunos avances en cuanto a los derechos que las mujeres han conquistado. En otro tenor, es importante acotar que la feminización de los cuidados (quehaceres domésticos) ha hecho que sus huellas hoy no cuenten en las dimensiones de sus luchas. Lavar, planchar, cocinar, curar heridas, entre otras tareas, son de tanta valía como tomar un fusil, un machete, un palo o una piedra. Cada cual aportó a la causa según lo que tenía.

Es una práctica propia del sistema patriarcal, validar los hechos y las conductas de los hombres e invisibilizar los aportes de las mujeres. En ocasión de la recordación del 160 aniversario de la Restauración, se hace pertinente vivificar a las heroínas de dicha gesta en los textos de historia dominicana, en las fechas patrias, para honrar una deuda con estas.

La Guerra Restauradora reafirmó la determinación de las dominicanas y dominicanos por la defensa de la Patria mancillada por el entreguismo de un traidor, Pedro Santana, que desconoció las luchas y la sangre vertida por hombres y mujeres por una nación libre de toda dominación extranjera. En el 160 aniversario de la Guerra de la Restauración, hay que recordar que las mujeres estuvieron presentes también en esta gesta.

Dentro de estas heroínas se encuentra Encarnación Mota (Canela), mujer de carácter fuerte a quien se le denominó la “Heroína Banileja”. En esta dama se inmortaliza el coraje de las dominicanas. A María Catalina Encarnación, la guerra le arrebató 12 hijos, de los 14 salidos de su vientre.

Antonia Batista se destacó por la movilización de armas para los patriotas. Igual aporte realizó la heroína Eneria Frías.

María Pérez, defendió la Patria en un caballo y espada en mano, fue una colosa de la historia.

Maria Encarnación Echavarría y Vilaseca, le dio vida a un hecho indignante sin precedente en la historia de la nación, a través del famoso soneto “A mi Patria”. La pluma de Josefa del Monte Pichardo se sumó con sus versos a la de Encarnación.

Águeda Rodríguez, caminaba en las más oscuras noches como si fuera de día, por lejanos lugares, acompañada por el valor que orienta a una mujer que decide abrazar una causa justa. Se despojó del patrimonio familiar para la adquisición de armas para los soldados dominicanos que lucharon contra las tropas españolas.

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