Estimulado por la tendencia de agrandar el Estado para crear espacio a la creciente afición por cargos públicos, Fulano de Tal se unió a un movimiento para ir al Congreso. Conociendo su no reconocido trabajo político por la comunidad donde reside, un grupo de vecinos redactó un proyecto convirtiendo su calle en el municipio de una nueva provincia de dos cuadras alrededor.
Lo propusieron para el Senado de la futura demarcación. Y el jovial abogado de la esquina confesó su deseo de ser el diputado.
En la cuadra hay otros abogados, un médico, dos contables, un ingeniero y profesionales de distintas ramas. Por eso, sin necesidad de usar los de otros vecindarios que también aspiran a lo mismo, podrían tener su propio correo, fiscalía, Impuestos Internos y demás.

Fulano reside en una zona del Polígono Central, donde están ubicados los principales bancos, los grandes centros comerciales, los mejores supermercados, las tiendas más exclusivas y los barrios residenciales del Distrito Nacional. Una zona que se basta sola con el mayor nivel de ingreso per cápita de la República. De manera que no debe resultar difícil para el Congreso aprobar esta y otras nueve solicitudes provinciales dentro del Polígono que incluyen áreas de gran potencial como Naco, La Esperilla, Piantini, Paraíso y Serrallés, lo que abriría oportunidades de lograrlo a otras zonas de igual mérito como Bella Vista, los tres Arroyo Hondo, las tres Cuesta Hermosa y, por supuesto, Los Cacicazgos.

En medio de la olímpica tendencia a fraccionar políticamente el territorio nacional, nada extraño sería la aprobación lo que subiría la matrícula del Congreso a 1,800. A Fulano le parece razonable a fin de hacer más representativa la sociedad dominicana y mejorar la oferta de oportunidades en el sector público reduciendo el desempleo.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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