En una evaluación de su propia gestión presidencial, el lunes 21 de agosto del 2016, el doctor Leonel Fernández cita en el Listín Diario, como uno de sus logros el “haber reconocido el derecho de Palestina a constituirse en un Estado independiente, respetándose la seguridad del pueblo de Israel”. Sin pretender restarle méritos a su afirmación, vale señalar que ya ese derecho le había sido reconocido por la República Dominicana en 1947.
En efecto, en noviembre de ese año, Naciones Unidas propuso una histórica resolución, aprobada con el voto dominicano y de la mayoría de sus miembros, para la partición del territorio de Palestina en dos estados independientes, uno judío y otro árabe.
Los hebreos restablecieron el suyo, Israel, acogiendo así la decisión del organismo mundial, el 14 de mayo siguiente, a pesar de la violenta oposición de las naciones árabes vecinas, que invadieron su pequeño territorio en un vano intento de abortar su creación.

En cambio, los palestinos, con el apoyo de las naciones árabes, rechazaron la iniciativa y todavía hoy luchan por alcanzar lo que desestimaron 73 años atrás. La decisión de la ONU fue adoptada en un esfuerzo por establecer la paz en esa región, una vez que Gran Bretaña, el poder colonial de entonces en la zona, anunciara su intención de abandonarla, incapaz de encarar la creciente hostilidad entre árabes y judíos.

Para entender las razones y las circunstancias históricas que motivaron la iniciativa de Naciones Unidas, es preciso resaltar que fue presentada apenas dos años después de haber concluido la Segunda Guerra Mundial. Millones de refugiados judíos deambulaban por toda Europa, tras la Alemania nazi haber dado muerte a más de seis millones de judíos, y cobraba apoyo en la comunidad internacional el sueño hebreo de un regreso a Sion para crear allí un lugar seguro en la tierra de sus antepasados.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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