«Póngase sereno y apunte bien: va usted a matar a un hombre», fueron las últimas palabras del comandante Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el “Che”, cuando estaba ante el sargento Mario Terán, quien estaba a cargo de su ejecución luego de que el guerrillero fuera capturado en Bolivia.
Guevara fue ejecutado en la comunidad La Higuera luego de que cayera prisionero durante un operativo del ejército boliviano, en conjunto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en ingles).
Su muerte, ocurrida el 9 de octubre de 1967, no hizo más que multiplicar su imagen a tal punto de que, quizás, si Guevara reviviera, caería muerto nuevamente de la impresión.
Y es que irónicamente la figura de Guevara ha sido la principal víctima del capitalismo, el sistema económico antagónico a sus ideas.
Camisetas, tazas, afiches, banderas, gorras, figuras de acción, tenis, corbatas, relojes y peluches son parte de los productos que profanan su imagen en el comercio y que a menudo es utilizada por simpatizantes de izquierdas, sobre todo aquellos que están iniciando su etapa de rebeldía.
Muchos de esos accesorios continúan en la actualidad inmortalizando la toma fotográfica del legendario Alberto Korda, quien durante un velorio captó la imagen de lo que se llamaría el “guerrillero heroico”.
Esta imagen de Guevara, la cual es considerada como una de las más reproducidas en el mundo, tuvo su contexto en un funeral que se realizó el 5 de marzo de 1960 en honor a las víctimas de La Coubre, un atentado terrorista provocado por la CIA. Allí el “Che”, con mirada distante y enojada, estaba haciendo guardia de honor.
Al respecto, Korda diría tiempo después: “Me impresionó su mirada de pura ira por las muertes ocurridas el día anterior”.
Sin embargo, la realidad es que la figura del “Che”, lejos de despertar el espíritu de lucha o reivindicar la rebeldía ante las potencias mundiales, no hace más que reproducirse en el mundo y dejar cuantiosos beneficios económicos a toda empresa que decide impregnar su rostro en cualquier artículo.
La mano obrera es la principal talladora de su cara en los productos que enriquecen a los “explotadores” (como Che les llamaba a los dueños de empresas). Y es que entre el mito y la realidad, “Che” es una figura emblemática de corte global a la que tienes que amar u odiar, pero nunca ignorar.
Aquel médico argentino que recorrió América del Sur en bicicleta, que presenció el derrocamiento del presidente guatemalteco, Jacobo Arbenz, que zarpó desde México hacia Cuba en compañía de Fidel Castro y logró alcanzar la Revolución Cubana, es un ícono mundial.
Sus diferencias ideológicas con Fidel Castro respecto a los soviéticos y chinos lo motivó a emprender nuevas guerras de guerrillas desde el Congo hasta Bolivia, resultando este último país su punto final en la tierra.
