Hasta ahora al presidente Luis Abinader le ha salido mejor que a pedir de boca su estrategia de darle a cada grupo lo que les gusta. La sociedad civil está feliz, porque además del apoyo que ha conseguido para los independientes en órganos del Estado, se sirve con la cuchara grande en los puestos públicos. Pero también, sumamente importante para el orgullo de ese grupo, es que siente que manda, que puede dar órdenes al gobierno, que pone las condiciones al presidente, no al revés.
Pero ahora el tema ha tomado un giro que podría afectar al partido de gobierno y con ello la cohesión que necesita el presidente Abinader para gobernar, sobre todo en estos tiempos convulsos a nivel mundial. Resulta que más de uno de la sociedad civil ha vuelto a arremeter contra el PRM.
Hay un senador, de los del perfil que choca con los partidos, que acusa a los dirigentes del PRM de emprender una campaña en su contra y de todo lo malo que le sucede. Incluso dice que las críticas a un plan de recolección de firmas provienen de dirigentes del partido que representa. A eso suma que algunos representantes de ese grupo siguen denigrando y desacreditando a los dirigentes de ese partido en redes y medios.
SDE futurista
A propósito de muchas tendencias banales que se están viendo en estos días en las redes sociales, alguien hacía memoria sobre una propuesta futurista. Al inicio de la instalación del PRM en el poder, que incluyó las alcaldías más importantes y grandes del país, una funcionaria del gobierno y dirigente de ese partido dijo que los planes que tenían para Santo Domingo Este eran de convertirlo en una “ciudad futurista tipo Dubái”. “Lo que estamos diseñando para Santo Domingo Este es una ciudad futurista, totalmente moderna, tipo Dubái”.
Hasta ahora, lo única que se sabe de Santo Domingo Este son las quejas de sus munícipes con sus autoridades edilicias. Menos mal que las palabras se las lleva el viento y que las redes aguantan todo, incluidos desahogos.
