El presidente Abinader informó que convocará al Consejo Económico y Social para tratar la crisis migratoria. Los partidos de oposición no deben asistir a esas reuniones porque se entramparían en el plan de regularización.

La ley 142/15 establece cuáles entidades forman parte del CES y no figuran los partidos políticos. Por tanto, la propia ley ampara a los partidos para no asistir. Probablemente se dirá que la idea de convocar al CES fue de Leonel Fernández. Ciertamente, ese es su aporte, recordar que ese organismo existe para debatir y consensuar los temas sociales, pero no implica que su partido tenga que asistir.

La oposición, especialmente Leonel, ha manejado con maestría el tema del diálogo por la presencia de ilegales haitianos en el país. Ha logrado salir airoso de una trampa política, primero con su propuesta, luego con asistir a la reunión de expresidentes y decir reiteradamente que está abierto al diálogo. Si Fernández le dice que no, hubiese convertido ese NO en un tema, mientras el Gobierno se ceba con su estrategia migratoria a costa de la oposición. Ahora la opinión pública se enfoca en el objetivo del encuentro, lo que deja en debilidad al gobierno que ha tenido fracasos reiterados en impulsar reformas bajo el esquema del diálogo.

¿Por qué la oposición no debe ir al CES? Porque el Gobierno no le consultó para aplicar 15 medidas migratorias que son simpáticas ante la población, pero quiere el apoyo de la oposición para implementar la única medida que falta, pero impopular, el plan de regularización. En caso de que el plan de regularización necesite apoyo en el Congreso, al PRM le sobran votos.

La oposición debe recibir las visitas de representantes del gobierno, luego de las consultas del CES, si se solicita. Por el momento, a la oposición le conviene mantenerse bien lejos del plan de regularización y mantener los aplausos al diálogo.

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