La gente siempre está tratando de ser vista de la mejor manera. Algunos pretenden ser amigos de todo el mundo. Se proyectan como las personas más inclusivas, tolerantes, amorosas, solidarias, empáticas. Los mejores amigos.

Dejan todo por acudir a dar consuelo a otros, sin pensar que en su casa y en su entorno familiar, quizás haya alguien sumido en la más profunda soledad.

En su afán por ser vistos como personas extraordinarias, super amigos de los amigos, descuidan a sus seres más cercanos. No es raro que alguien con una interminable lista de amigos, se encuentre distanciado de sus hermanos, hijos o de uno o ambos padres.

Aunque es bueno aclarar que existen personas que son realmente extraordinarias, que son mejores amigos, hijos, hermanos, solidarios, cercanos, comprensivos. Son así, no necesitan poses, por eso no es casual que muchos quieran parecérseles.

Entiendo que cada uno vive como mejor le parece, o al menos trata de vivir de la que cree es la mejor forma, pero no entiendo, porque no ser uno mismo, porque ese afán de parecer lo que no se es.

Sé lo que digo, conozco a unos y también a otros.
Conozco y quiero a muchas personas que son realmente solidarios, amigos que acuden al más mínimo asomo de problemas y preocupaciones.

Lo hacen porque en verdad les nace, porque su alma noble los empuja a estar siempre presentes, no por aparentar o pretender dar una buena imagen ante los demás.

Al parecer, algunos olvidan que las máscaras no se pueden sostener por siempre, que ante la mínima provocación el verdadero “yo” queda al descubierto y nada se puede hacer para tratar de ocultarlo.

Siempre he pensado que de aquello que ofrecemos, es precisamente de lo que más carecemos. Es exactamente aquello que no podemos ofrecer.

Muchas veces las personas ignoran la tristeza de un amigo o familiar cercano y va a ofrecer apoyo y consuelo a alguien más.
En algunos casos, se ofrecen a acompañarte a una cita médica, a cuidar de tus hijos si lo necesitaras, pero antes no tuvieron tiempo para acompañar a su madre al doctor o su hermana no pudo acudir a una entrevista de trabajo porque no encontró quien le cuidara sus hijos.

Ser buenos amigos, solidarios , acudir cuando nos necesitan, brindar un buen consejo, escuchar a quien desea ser escuchado, es una excelente manera de vivir, pero antes de correr para apoyar a otros, empecemos por escuchar a los nuestros, antes de tratar de poner orden en la del vecino, pongamos el orden en nuestra casa, antes de solucionar la vida de otros, tomemos las riendas y organicemos la nuestra.

Posted in Mi Tiempo

Más de opiniones

Las Más leídas