Este día, marcado en el calendario como el 14 de febrero, se celebra el Día de San Valentín, o del amor y la amistad.
La fecha siempre es una oportunidad para que algunas personas confiesen sus sentimientos por alguien más, ya sea con una declaración verbal, generalmente acompañada con algún detalle como flores o chocolates, dos aliados tradicionales cuando Cupido se lanza a conquistar o recuperar un corazón.

Este día de febrero es una fecha que registra el comienzo de millones de historias de amor. Y es que al parecer, este y los días previos a él, el amor flota en el aire.

No sé si será por el entusiasmo y energía con que el comercio se encarga de anunciar su llegada, pero algunos, de forma, que ni ellos mismos pueden explicar, casi sin detenerse a pensar por qué lo hacen, dejan al descubierto su interés en una persona, que jamás imaginó que había logrado despertar esos sentimientos.
Conozco una historia hermosa, de esas que solo crees que existen en la ficción, en las telenovelas donde el amor y el desamor, el orgullo y sufrimiento constituyen el diario vivir de una pareja que se ama de forma tal, que los lleva a actuar de manera irracional.
Esa historia tuvo una suerte de ensayo en una fecha como la mencionada.

Ella estaba sentada, esperaba para concluir un trámite, él se encontraba en el mismo lugar, solo un piso los separaba, en un momento él concluía una parte del proceso que debía agotar ese día, (ya la había visto antes, muchas otras veces y habían intercambiado algunas palabras), se marchaba, pero al verla allí, sola, sentada aún esperando, sin mediar palabras, ni un “hola”, ni un “adiós”, se detuvo, le dio un tierno beso en sus cabellos, ella apenas reaccionó, pero él, sin decir nada, siguió su camino…
Aunque pasaron meses para que él decidiera confesarle sus intenciones, ese día, quizás por el clima favorable al amor y los amantes, él se atrevió a dejar escapar un pequeño suspiro de lo que se gestaba, quién sabe desde cuando, en sus adentros.
Desde que unieron sus caminos, saben que no necesitan esperar que el calendario les diga cuando amarse. Para ellos cualquier día, cualquier hora y cualquier lugar se transforma en perfecto para vivir, muy a su estilo, su día de enamorados.

Para ellos, las fechas, los “Día de…” , pertenecen al comercio, o aquellos que necesitan un estímulo o un recordatorio para decir “Te amo”.

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