Lo sucedido a una pasajera en el aeropuerto de Punta Cana es tan increíble como inaceptable.
La situación parece la puesta en escena de una película de Hollywood, donde los mafiosos se esfuerzan por cumplir las encomiendas por las que ya han recibido un pago adelantado, sin importar las vías a utilizar ni quien o quienes serán elegidos para completar la operación.

Es imposible no sentir terror y una gran indignación al ver el video donde se puede ver a un supuesto empleado de la terminal aérea, usurpar la identidad de una incauta mujer que como miles de ciudadanos utiliza el transporte aéreo por diferentes motivos.

En el video se ve como, mientras uno de los jóvenes del counter, está asistiendo a la pasajera.
Como suele ocurrir, las personas se acercan al mostrador entregan a los empleados de la línea en la cual viajarán, sus documentos y el equipaje que va a ser “tirado” , es decir, que viajará en el área de carga de la aeronave.

Acto seguido, el empleado entrega una etiqueta con la cual podrá reclamar dicho equipaje al llegar a su destino.

Sin embargo, en el momento en el cual el joven está asistiendo a la señora, se acerca otro empleado y, aún con los datos de la dama en la pantalla, hace imprimir dos etiquetas más, las cuales coloca en su bolsillo, para más tarde colocarlas en dos maletas cargadas con 50 paquetes de cocaína.


La historia ya es conocida.

Es importante que se llegue hasta el fondo de este vergonzoso hecho criminal el cual constituye un abuso imperdonable y que no sólo llena de desconfianza y temor a todos aquellos que utilizan el transporte aéreo, sino que debe ser objeto de una profunda reflexión, pues ya más de uno se pregunta cuantas otras personas inocentes han sido apresadas y juzgadas por traficar sustancias de las cuales no tenían ni la más mínima idea.

La sociedad espera una respuesta contundente y ejemplar, que garantice la seguridad de los pasajeros en ese y todas las terminales aéreas del país.

Lo ocurrido es también una oportunidad para que sean revisados algunos casos de personas incriminadas por estos desalmados, cuya frialdad y la gravedad del delito dejan bien claro que esta no era la primera vez que incurrían en ese ilícito y que la dama agraviada, no era la primera víctima de lo que a todas luces es una organización criminal. increíble

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