Los expresidentes Danilo Medina y Leonel Fernández parecen no saber cómo administrarse frente a la realidad que vive hoy el país.
Actúan cual si fueran recalcitrantes representantes de la vieja política, como si no hubiesen hecho el cruce de los tiempos análogos, de antes, a la era digital, de hoy.

Tirarse a la calle e’l medio a cuestionar de manera dura la rendición de cuentas del presidente Luis Abinader, los desconecta de la realidad que vive hoy el mundo, cuando la vigencia política se gana en plan propositivo y creativo, y no con posturas de confrontación, o que produzca crispación social.

La realidad de hoy se caracteriza por los grandes esfuerzos de nuestro pueblo para sacudirse de la dilatada transición a la democracia (de más de medio siglo) y superar los altos niveles de atraso y deuda social.

Asemejan Leonel y Danilo a quijotescas figuras emburujadas con molinos de viento a los que confunden con gigantes, mientras las “fuerzas vivas” del país ponen el foco en la recuperación económica y social, y en dar un salto hacia el fortalecimiento institucional y el crecimiento económico con equidad.

El balance encontrado por Abinader es el de un país huérfano de agua potable y corriente en más del 90 % de las viviendas, sin seguridad en las calles, en los hogares y los negocios, con sistemas de salud y seguridad social desvencijados y ranqueado entre los países con peores sistemas de educación pública.

Todo ello en medio de grandes déficits institucionales que nos restaron capacidad para articular un modelo de desarrollo sostenible, en una sociedad enmarcada en valores éticos y constructivos.

El discurso de rendición de cuentas de Abinader, en el que extendió un ramo de olivo a la oposición, no fue una postura de ocasión. Cuando avisoró los estragos que generaría el COVID-19, propuso al entonces presidente Medina un acuerdo para aunar esfuerzos frente a los daños que dejaría la pandemia.

Ya presidente de la República, el 18 de enero, Abinader propuso “Un pacto para abrir gradualmente el país, para superar el covid, reactivar la industria, las pymes, el turismo, la agropecuaria, los empleos…”.

El fenómeno de aprobación popular que es el Presidente no debe ser obstáculo para que Danilo y Leonel y otros dirigentes que gestionan ostentar el liderazgo opositor, participen en los esfuerzos de Abinader para que nos unamos todos en favor de la recuperación nacional.

Adelante.

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