En los últimos meses de 2020 y lo que va de 2021, los dominicanos hemos tenido momentos realmente difíciles a causa de la pandemia del covid-19, los grandes casos de corrupción, el accionar político y los inconvenientes generados por la crisis haitiana, situaciones que hemos ido superando por la voluntad de muchos buenos ciudadanos y las acciones oficiales y privadas.
Para nadie es un secreto que la grandeza del dominicano se pone de manifiesto en su alegría y en la forma peculiar de disfrutar los buenos momentos, los grandes acontecimientos y las dificultades extremas. Ahora tenemos una buena oportunidad para disfrutar y gozar de unas navidades a todo dar, cultivando la alegría, abriendo la conciencia y comprendiendo a los demás.
Cierto es, que los efectos de la pandemia están presentes, la crisis haitiana permanece, pero paremos las preocupaciones y pensemos en el disfrute de lo poco o mucho que nos llegue en diciembre, el salario normal, el sueldo 13 y cualquier otra facilidad económica, de salud o alimenticia que podamos obtener.
Pensemos que, como seres humanos necesitamos tiempo para planear el porvenir y, de seguro que, el 2022 requerirá de grandes esfuerzos de nuestras familias y el entorno, para poder salir a flote, luego de las serias dificultades que hemos afrontado. Es tiempo de mostrar al mundo la gran capacidad del dominicano para reír en la tristeza, para llorar en la alegría y, para compartir lo poco o lo mucho de que disponemos, ayudando a los demás a pasarla bien.
Pongamos un alto a la violencia, respetemos la Constitución y las leyes. Pongamos en las manos de Dios toda dificultad y, de seguro, en el corto y mediano plazo volveremos a sonreír a plenitud, la vida tomará su curso y seremos de nuevo los alegres dominicanos.
En estas navidades hagamos lo posible por disfrutar sin afectar negativamente a los demás, llenando nuestros corazones de la alegría de la época y la música que llena el corazón de todo dominicano. ¡Feliz Navidad!
