El destino de los dominicanos está cifrado en la efectividad de las gestiones económicas y sociales que en beneficio del país lleven a cabo las autoridades de turno y el sector privado, en un ejercicio de compromiso compartido por el bien de la sociedad.
Aunque la pandemia ha puesto de rodillas a diversos sectores, lo cierto es que una vez superada, cada ciudadano tiene el compromiso de trabajar con entrega para el retorno a la normalidad, fortalecer la economía y alcanzar el progreso en forma sostenida.

En el compromiso público-privado, además del Pacto Eléctrico, debe llegar a los sectores Salud, Educación, Vivienda y Seguridad Nacional, debe primar la buena voluntad de cada criollo que ama y valora a su nación, como lo hicieron Duarte, Sánchez, Mella y Luperón.

Un país con buenos servicios abre camino al crecimiento y al desarrollo de todas las actividades que conforman los ejes señalados, porque con electricidad, agua, educación, salud, vivienda, garantía ciudadana y jurídica, cada mañana es esperada por todos para acudir al trabajo.

Somos una nación bendecida con una naturaleza extraordinariamente rica y debemos aprovechar cada recurso para hacer siempre más abundante ese legado de la naturaleza con una mejor distribución de sus beneficios.

Con bosques bien cuidados tendremos más agua, electricidad, alimentos, salud e inspiración para vivir más alegres, sanos y en verdadera convivencia colectiva. Este es un anhelo, un sueño, aunque quimérico, que esperamos se convierta en realidad.

Es tiempo de que valores lo que tenemos, que estemos de acuerdo con los procesos dirigidos a conseguir la equidad en la abundancia y la distribución equilibrada en cada aspecto relativo a la riqueza, que nos toque compartir. La patria orgullosa espera por la comprensión de cada hijo agradecido y su entrega por la buena marcha del país.

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