El Congreso Nacional, tras intensas jornadas destinadas a postular a los candidatos más idóneos para de ellos seleccionar al Defensor del Pueblo, al fin ha logrado su objetivo, favoreciendo al aspirante que obtuvo la mayor calificación en los primeros escrutinios, Pablo Ulloa.
La cruenta batalla ha culminado y, al parecer, la persona escogida no tiene ataduras partidarias y podría darle a esta función el verdadero sentido de la figura y convertir la estructura en una verdadera casa de defensa de los intereses genuinos de la población.
Este no es un cargo para figureos, ni para ensañarse contra personas, entidades o instituciones, sino una investidura de justicia llamada a estudiar, comprender y defender, en el marco de la legalidad, los derechos que generalmente son arrebatados o negados a los ciudadanos más vulnerables y con menos recursos para defenderse.
Si Pablo Ulloa centra todo esfuerzo y capacidad para llenar las funciones de este cargo, de seguro que tendremos un ejercicio activo y miles de dominicanos se beneficiarán grandemente de sus buenas acciones.
Los abusos de poder, el robo de propiedades a indefensos ciudadanos, el poco acceso a una justicia equilibrada y el regreso de la confianza en la gestión pública, sería un paso importante ahora, para que el Defensor del Pueblo (Ovusman), llene su cometido y esta iniciativa legal pueda dar sus frutos en favor de la sociedad.
El nuevo titular de la defensoría del pueblo, debe hacer hincapié en la búsqueda de los recursos necesarios para acometer las acciones que se requieren y, sobre todo, para solventar los gastos en que se incurran en cada caso, para, de esa forma, darle un respiro a la población.
Ahora, todas las esperanzas están cifradas en la gestión que encarnará Pablo Ulloa, su cuerpo de ayudantes y, a lo mejor, se hace acompañar de un equipo eficiente que le dé el verdadero sentido a la figura del Defensor del Pueblo. Estamos atentos.
