“Eudaimonía” es un término griego equivalente a felicidad, bienestar, florecimiento humano o vida buena. Para Aristóteles era el máximo bien humano; la habitación en las personas de espíritu de bondad o virtud, que hace entonces nuestra real felicidad individual. Estado positivo y divino que la humanidad es capaz de esforzarse y eventualmente alcanzar. Actualmente los estudios sobre felicidad resaltan la importancia del “bienestar eudaimoníaco”, el cual resulta de perseguir propósitos de vida significativos, como el altruismo y, a diferencia de felicidad hedonista, basada en los placeres egoístas, conquistas materiales, es más robusto y satisfactorio. La positiva emoción que acompaña los pensamientos dirigidos hacia objetivos significativos, se considera uno de los más duraderos componentes del “bienestar eudaimoníaco”.