El materialismo ha hecho metástasis en los huesos del pueblo, los accesorios ahora son necesidad y la necesidad, hambre, pero no de más justicia, sino de venganza; No de más pureza, sino de mejor apariencia, ni de mayores ideales, sino de éxitos con lentejuelas. Se pasea sin comedimientos entre las manos de quienes reclaman un espacio sobre las torres, se esparce como fuego entre quienes compran el éxtasis barato, mientras el llanto celeste se escurre silente por las alcantarillas. ¿Quién querrá entender? ¿Quién se atreve a darle la espalda al status? ¿Quién cambiará el deleite por Su pasión? ¿Quién no cambiará la verdad por la “tibia” reforma de los obsesionados egoístas? ¿Quién dirá a la vanidad no compro a ningún precio? Oye, debes saber que ¡El Señor espera por ti.

Posted in Rosas para el alma

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